miércoles, 4 de agosto de 2010

La vida comienza en un nombre.
Esa primera palabra que designa y distingue a toda persona y cosa de las otras.

Mesa, libro, botella, cama, jaula, Paloma.

A veces un mismo nombre sirve para varios usos, y aunque su función no se vea alterada por ello, ya que sigue nombrando de igual manera, es entonces cuando el contexto le da sentido al nombre. Nuestro nombre

Todos los comienzos empiezan en un nombre...
El mundo de las ideas se hace tangible cuando a eso lo llamas mesa y eso otro botella. El nombre es por tanto una realidad certera.
O por ejemplo el caso de nacer, que antes de tener rostro seguro que ya tenias nombre...
De igual manera ha nacido este blog, con un nombre antes de saber para qué ha sido creado
-hola, yo soy Paloma, y tengo vértigo a las alturas.
y esto son pájaros sin cabeza, a la mariantoñeta.
Bienvenidos a este cielo de letras, a esta cabeza que vuela.
Aqui los lapiceros se extinguieron y se vuelve a escribir con plumas... como la vieja escuela!

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