sábado, 7 de agosto de 2010

Los días de verano no existen.
y las noches olvidan los sueños y los amaneceres nos pillan una y otra vez, ...bebiendo.
La mano sudada está pegada a la botella escondida en el bolso, tú mientras tanto buscas los culos de refrescos en la barra que le sobran a otro.
Los días de verano no existen, y de las noches... poco recuerdo.
El alcohol ya mezclado pasa de mano en mano, de boca en boca. Las sonrisas se contagian.
Todo da vueltas, desde el vaso hasta mi cabeza. La gente bailando.
y todo ya mezclado. Los amigos entre la gente, el alcohol en mi sangre, el aire...
Las miradas hablan y la música está demasiado alta. El silencio habita en el ruido intenso.
Todo da vueltas, y afuera están montando una feria.
Escapamos del ruido en el que la gente se pierde, moviendo la cintura, los pies y las manos, todos a un mismo ritmo-compás. No puedo más con esta idiosincrasia.
Detras de un triste carrusel apagado buscamos descanso. El aire mezclado. El silencio se sienta a nuestro lado un rato. Ahora me oigo pensar.
Y observo a este tio vivo muerto, parado, sin luces de colores, era extraño ver por un momento al go tan quieto...
Si los caballos bebieran un poco de nuestras venas comenzarían a girar de nuevo, sin gasolina, ni electricidad, porque al mundo no lo mueve el dinero... no, al mundo lo mueve el alcohol.
Y aunque todo este parado, el movimiento nunca se detiene. Ni las olas del mar, ni tú, por ahora, dejas de respirar... y si te paras a pensar en que la Tierra da vueltas constantemente es imposible no marearse...
Todo da vueltas.
Y al final vomito del vértigo que me da la inmensidad del Espacio. La noche es la única ventana que existe para asomarme a la infinta inmensidad de vacio. miles de millones de estrellas sobre mi cabeza, cómo pesa! Y mientras todo sigue dando vueltas...
Pero ahora me siento más ligera. El movimiento me libera y el vacio me llena. Tengo un universo de vacio en la tripa y una estrella de cinco puntas se refleja en mi mano izquierda. En la cabeza todo me gira.

El tiempo vuela, y el sol nos mata. Los ojos no soportaban sus ultrarayos de luz, era imposible no entrecerrarlos para mirarnos a la cara. Alba.
Era El-Alba. Se cerraba tambien nuestra ventana al infinito y todo desaparecía... llegaba el día, y los días en verano no existen.
No existe el día, ni el espacio, ni las estrellas, ni nada, porque despues de una de estas noches no recuerdo nada.
Todo desaparece y nos queda sólo el movimiento...
tan todo o todo tan... que al final... se mezcla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario